Quinta semana – Adios, Cook Beach3 minutos de lectura

Se acabó Cook Beach, tenemos que decir adiós a la terracita, al camino en Ferry y a los mosquitos de medio metro.

Esta segunda semana en el estudio de Bruce hemos intentado sacar todo el jugo posible a la experiencia.

El domingo “comenzó”, y muy bien, nuestra quinta semana. Bruce me invitó a ir de pesca con él y su hijo Hugo. Nos fuimos hasta Cook Beach y allí metimos la lancha. De esta experiencia no conservo fotos porque seguro que hubiese perdido el teléfono, vaya meneos pegaba eso.

Cuando Bruce me dijo que íbamos de pesca yo imaginaba lo típico, cañas y echar un ratito pero cuando veo que llegamos a la zona donde iba a pescar, el tío empieza a ponerse el neopreno, gafas, tubo y coge una pistola de arpón. Y para mi acojone, se ató un cuchillo grande en la pierna y me dice que es por si se encuentra algún tiburón. Mi cara tuvo que ser un poema.

Las ganas de meterme en el agua habían bajado bajo tierra, pero aún así me puse el neopreno y me metí con Bruce y su hijo. Hay que decir que iba nerviosete pero bueno poco a poco viéndolos relajados me fui relajando también. De vez en cuando Bruce bajaba unos metros y aparecía con un pez, vaya artista. Al final, pescó 3 peces y esa fue nuestra cena. Muy rica, por cierto.

La experiencia me gustó mucho, aunque hubiese sido impresionante encontrarnos algún delfín por el camino. Bruce me comentó que se los solía encontrar a menudo. No tuvimos suerte de ver ninguno, pero aún así disfrutamos de agua clara para hacer algo de snorkel.

Los siguientes días hemos seguido trabajando en el jardín y en la casa. Tranquilos.

En el restaurante bastante bien, ya comienza a notarse la llegada de turistas a Whitianga. Más curro, más horas, más pasta pa’ la saca. Además para el domingo 17 de diciembre, Howard ha organizado una salida de todos los del restaurante. Iremos en barco hasta unos viñedos, nos mojaremos la boca con algunos vinos, comeremos y luego vamos a hacer otro aperitivo en casa de uno de los proveedores de cerveza del restaurante (Hot Water Brewing Co). Espero que haya zumo fresquito. Brindaré a vuestra salud.

Hay muy buen rollito con todo el personal y el tiempo currando se pasa volando.

En cuanto a las visitas, ahí seguimos. Esta última semana hemos aprovechado para visitar Cathedral Cove. Lo teníamos pendiente desde hace tiempo y por fin pudimos visitarla. Una pasada.

Hay que hacer un camino de una media hora para llegar a la playa, pero ya veis que vale la pena el paseo. Es una playa más turística de las que estábamos visitando por aquí, donde no hay nadie o te encuentras a 2-3 personas, pero seguías teniendo mucho espacio para ti. Un lujazo.

El jueves, para agradecer estos días y para despedirnos de la familia de Bruce y Margot les preparamos unas tapas “tipical spanish” que regamos con vino y charla. Estuvo bien y, creo o al menos eso dijeron, que les gustaron las tapitas. Tiramos de clásicos como tortilla, empanada, gazpacho y un buen arroz. Me entra hambre sólo de pensarlo.

Hoy sábado termina nuestra estancia en casa de Bruce. Mañana, si todo va bien, nos vamos a un parque de pájaros donde tienen también un camping.

Oh si, volvemos a la vida «campingera». Echaremos una mano en la limpieza de las cabinas, jardín, etc. Y ellos, nos darán alojamiento a cambio. Es una pareja mayor, Fred y Gaye, quien lo gestiona, y parecen muy majetes. Ya os contaré que tal las primeras impresiones.

Nuestro plan ahora es estar unas tres semanas más por aquí, ahorrar lo que podamos y bajar hasta Tauranga. Creo que pasaremos fin de año aquí en Whitianga y unos pocos días más de enero. Se está muy agustico pero tenemos que seguir nuestro viaje y seguir conociendo el país.

Estas semanas que vienen quizás no publique semanalmente porque, a pesar de que haremos cosas nuevas y habrá alguna novedad que contar, entramos en una cierta rutina de curro y no habrá tanta chicha para contar. Aún así, seguiré activo con el blog dándole caña.

Un abrazo guap@s