¡Qué pasa familia! ¿Cómo estáis?
Estas semanas, como os comenté en el post anterior, nos hemos relajado y disfrutado como enanos de todo lo que ofrece Queenstown y alrededores.
La naturaleza en esta parte de Nueva Zelanda es muy bestia. Estamos en una zona rodeada de montañas, del lago Wakatipu y de gente muy maja.
Estas dos semanas me han venido genial para cargar pilas. Esto de tener tu cama, cocina, ducha calentita y buen wifi…puaf, sienta de lujo. Son cosas que siempre han estado ahí y que hasta ahora no había apreciado tanto. Dormir en el coche está bien pero viajar sin parar día tras día durante 3-4 semanas, cansa lo suyo. Me he dado cuenta de que somos nómadas pero a temporadas, al menos yo.
La semana 18 (3 de marzo-10 marzo), estuvimos en casa de Fiona y su hijo Quinn, en Arrowtown, muy cerquita de Queenstown. Le ayudamos porque se habían mudado hace poco y tenían por ahí cositas pendientes como pintar paredes, arreglar un poco el jardín, limpiar algunas cosas, poner alguna que otra lámpara…Vamos que estuvimos dándole el último toque.

Ha sido una experiencia genial porque hemos hecho cosas que nunca antes habíamos hecho, hemos conocido a Fiona con la que hemos podido hablar y practicar el inglés y, además, teníamos comida encima de la mesa tres veces al día. Después comer noodles, arroz y pasta. Se agradece, y mucho
Hubo bastante buen rollo e incluso nos invitó a su fiesta de 50 cumpleaños que fue ayer, 17 de marzo, donde hicimos unos chorizos al vino y un gazpacho que dejaron a los kiwis flipando y humedecidos. Hablo del estómago chavales, estáis fatal.



Durante la semana en casa de Fiona cocinamos también nosotros un día e hicimos un arroz verde con gambas. No sabíamos si a Quinn le iba a gustar, pero mira el notas como se come la gamba.

La semana en casa de Fiona fue bastante relax y no visitamos apenas nada. Fuimos a Queenstown un par de veces y visitamos el asentamiento chino en Arrowtown durante la época de máxima explotación minera de la zona.

El sábado 10 de marzo llegó la hora de dejar casa de Fiona y Quinn y salimos dirección a casa de Juan, Claire y Ethan, esta vez más cerca de Queenstown. Juan es un chileno amante de las montañas y vive con su mujer, Claire, australiana y majísima. Decidieron venir a Nueva Zelanda buscando tranquilidad y calidad de vida después de vivir en varias partes del mundo.
Desde su paraíso particular, nació Ethan, el protagonista de la casa, un australiano-chileno-neozelandés de 2 años y medio, super simpático y risueño que le encanta la cocina y las motos.
Esta semana hemos trabajado un pelín más duro, pero menos horas y estamos en una habitación bastante cómoda. Hemos pintado, lijado, plantado y cortado el césped. Poco a poco vamos desarrollando más habilidades muy útiles para los trabajos de casa y la verdad que es satisfactorio ver que el resultado final de tu trabajo funciona y agrada a la familia que nos acoge.

Trabajando con Juan coincidimos con José, un argentino que está con la working and holiday visa como nosotros y con quien hicimos buenas migas. En sus ratos libres es profesor de acroyoga y Jeanne aprovechó para probar un poco. Yo como soy un palo, me quedé de espectador.

Estando más cerca de Queenstown hemos disfrutado de la ciudad casi cada día y hemos aprovechado para subir unas cuantas montañas donde la vista es espectacular.
Una de las visitas que hicimos fue una caminata de un día por Routeburn Track, una de las mejores rutas de Nueva Zelanda. Fue un paseo de 6 horas caminando por un bosque autóctono, un valle increíble y subimos hasta unas cataratas donde tenías una perspectiva espectacular del valle y las montañas. ¿Qué os parecen las vistas? Con las montañas nevadas debe ser una maravilla.
También aprovechamos para probar la famosa hamburguesa de Fergburguer, según dicen los flipados, una de las mejores del mundo. Están buenas, pero tampoco son pa’ tanto. Eso sí, fuimos dos veces, probamos 4 hambuguesas diferentes y la que nos dejó locos fue la de tofu.

Si tenéis la oportunidad de visitar Queenstown y el tiempo de ir a Fergburguer…te la recomiendo. Una de las mejores hamburguesas vegetarianas que he comido nunca.
Hay que decir que en casa de Juan, como nos cocinábamos nosotros, nos hemos puesto las botas cada noche. Que si hamburguesa, fajitas, mejillones con patatas, chuletón de ternera con salsa de vino. En fin, que nos hemos puesto finitos de todo lo que no comemos cuando estamos viajando.
La idea era pirarse el sábado 18 para seguir el viaje e ir hacia Te Anau, ver Fiorland y hacer una ruta de 3 días en la montaña. La cosa fue que cuando fuimos a reservar, el día de antes, ya estaba todo pillado y pedimos a Juan de quedarnos hasta el jueves por la mañana. Así que aquí estamos, en Juan’s casa, calenticos y cogiendo las últimas fuerzas para el jueves por la mañana empezar fuertes otras 2-3 semanitas de viaje y terminar la isla sur.
El viernes 23 hemos reservado el crucero para hacer Milford Sound y el domingo 25 bien tempranico empezamos el Kepler track, una ruta al estilo Abel Tasman: mochilas, tienda, gas cooker y a caminar entre montañas durante 3 días. Tiene muy buena pinta y ya tocaba.
Donde iremos después aún está algo difuso. Seguramente haremos el sur e iremos yendo dirección este y subiendo hasta Christchuch, donde cerraremos el círculo y buscaremos trabajo para los dos próximos meses y hacernos unos ricachones. A ver si hay suerte y encontramos currele.
Bueno familia, os cuento novedades en dos semanas. A cuidarse y a disfrutar de las vacanças de semana santa, que llegan ya mismo.
¡Un abrazo!
Que maravilla de paisajes y que buen rollito tiene la gente ,pero lo que más me impresiona son las ganas que tenéis de descubrir nuevas rutas , montañas playas …
Que marcha ,!!!
Besos.
Guau…..Qué pinta tiene el arroz verde; imagino que será con pesto………no sé, no sé……..Bueno, ya lo harás algún día, jajaja……y bueno la hamburguesa vegetariana……teniía panceta……supongo que sería otra. Es que me ha entrado un hambre…….ay…qué hambre……..Bon apetit mes petits enfants voyagers…….