La semana 10 (6 – 13 enero) empezó de maravilla con la experiencia Helpx en Rotorua en casa de una familia estupenda que nos acogió desde el primer correo que enviamos.
En casa de Mel disfrutamos de la comodidad y de su ubicación para conocer más ampliamente toda la zona de Rotorua, que fue un sorpresón y nos encantó.
El miércoles temprano nos despedimos de toda la familia y salimos hacia nuestro siguiente destino, Taupo. Fue un viaje genial porque durante el camino nos fuimos parando en diferentes piscinas geotermales a pegarnos unos buenos bañitos a 38ºC. La gozadera.
Después de hacer nuestro camino poco a poco, llegamos al free camp, cenita, copaso de vino y a dormir like a baby.

En la zona de Taupo y alrededores nos quedamos un par de noches. Hubo varias cosas que me encantaron como por ejemplo Aratatia Rapids o Spa Park Hot Spring.
El primero se trata de un embalse que 3 veces al día abre sus compuertas creando un espectáculo muy chulo. Desde un mirador ves como el caudal aumenta de una forma bárbara en cuestión de minutos.

La segunda visita que me llamó la atención fue el Spa Park Hot Spring que está dentro de una caminata de las cataratas de Huka. Es muy curioso porque hay un momento en el que se forma una especie de piscina donde el agua del río Waikato y agua geotermal se unen. La gracia es que te sientas y por una parte de tu cuerpo está pasando agua fresquita y por la otra está pasando a 38-39 grados, brutal. En este viaje la naturaleza no para de sorprenderme.

En un par de días ya estábamos camino al sur de la región de Taupo para hacer nuestra primera Great Walk de 6 horacas por el Tongariro (Mordor en el Señor de los Anillos).
Tuvimos que retrasar la caminata un par de días porque el tiempo no acompañaba en la montaña, así que aprovechamos para visitar varias cositas que había por la zona y de paso aprovechamos para hacer un experimento que os cuento sólo unas líneas más abajo.
Mientras que esperábamos el buen tiempo, fuimos a hacer un circuito de un par de horitas alrededor de un lago (donde aprovechamos para darnos un buen chapuzón), visitamos unas cataratas y fuimos a una zona geotermal donde aprovechamos para hacer un experimento donde sólo necesitas un par de huevos y un calcetín. Tranqui, no te imagines cosas raras.

Yo creo que toda persona cuando ve un geiser piensa lo típico de: “ahí se tiene que poder cocinar un huevo”. Pues ese día nos pilló más cocinitas e inspirados de lo normal y nos pusimos a comprobarlo.
¿Qué como lo hicimos? Tal que así:

¿Qué te parece? Luego le pones un toque de sal y una ramita de perejil a lo Arguiñano y ahí lo tienes, tu Geiserhuevo listo para comer. Y ojo que no estaba mal.
Después de un par de días, por fin llegó el esperado día de hacer el Tongariro. Nos preparamos los bocadillos por la noche y bien tempranito por la mañana a eso de las 5 y media de la mañana con más sueño que el vecino de Freddy Krueger salimos hacia allí para comenzar la ruta.

Ya contaré en otro post más en detalle etapa por etapa, pero el paisaje y la experiencia fue espectacular. Hay que decir que hubo un par de subidas más jodidillas pero el resto no fue muy complicado. Largo, eso sí, pero fácil.

Lo mejor de todo fue cuando llegas arriba del todo y tienes toda la vista del cráter rojo y un poco más adelante los lagos de color esmeralda. Brutal, me encantó.

Una vez terminamos, cogimos nuestra Giorgy que nos estaba esperando a la salida y nos fuimos rumbo a un camping con una buena ducha caliente, nos la habíamos ganado. Dormimos a pierna suelta y a la mañana siguiente pusimos rumbo a Napier y comenzaba nuestra undécima semana en Nueva Zelanda.
Nuestra experiencia en Napier fue mucho más breve de lo que pensamos en un principio. Nuestra idea era trabajar un par de semanas para poder ahorrar y luego irnos, pero encontrar trabajo en Napier se nos complicó un poquito.
La verdad que el primer día, mientras llegábamos a Napier, teníamos buenas sensaciones porque vimos muchos carteles de “Job Vacancies” pero nuestros ánimos se fueron viniendo abajo cuando después de no se cuantas llamadas, emails y visitas para dejar el CV a nadie le interesaba contratarnos sólo para dos semanas, ni siquiera en la recogida de fruta.

Ante esta frustración (de ahí el título del post), decidimos bajar hasta Martinborough donde empieza la temporada de recogida de uva. Y mira tu por donde, localizamos a una mujer que estaba contratando y aquí estamos, con ganas de empezar y darlo todo para ahorrar y pegarnos al menos un mes tranquilito en la isla sur.
Si todo va bien (espero que si por favóh), en principio parece que el martes 23 de enero empezamos bien tempranico. De esta forma seguimos nuestra idea y tendremos casi dos semanas completas para trabajar todo lo que podamos y salir el 7 de febrero para la impresionante isla sur. Si sale bien, todo nos habrá ido como habíamos pensado a pesar del desvío improvisado.

Mientras tanto escribo este blog con una copita de vino y unas patatuelas (sí, soy adicto) en un camping que está de puta madre y donde coincidimos con muchos backpackers que también trabajan en la vendimia. Buen rollito, barato y curro.
Hasta aquí el resumen de nuestras dos semanazas llenas de buenos momentos y desesperación. Os contaré como sigue nuestra aventura la semana que viene o, si no tengo internet, la siguiente.
Salud, Paz y Amor para todos.
Ciauuuuuu
La definición gráfica es tan gráfica que necesitaba una aclaración gráfica. Hay que ver como se quedan dos huevos después de un calentón dentro de un calcetín, sin tomillo ni romero.
Ya ves tu, a pelo. Pero bueno cuando te los comes vale la pena, jaja.
Desde luego lo del huevo ha quedado casi tan guay como vuestra carita recién levantados para hacer la ruta al Tongariro……