Como ya sabes Nueva Zelanda está a tomar por culo muy lejos de España. Es lo más lejos a donde puedes ir y hay que hacer escala en algún sitio, en nuestro caso fue escala en Bangkok.
Yo estaba emocionado porque después de la experiencia en Nueva Zelanda nos gustaría hacer una rutita por el sudeste asiático, así que era el primer contacto con un mundo, para los dos, desconocido. Volábamos con Thai Airways y ellos se encargan ya de transportarte a su tierra con las vestimentas de l@s azafat@s y su saludo tailandés. Cogemos asientos, calentamos motores y salimos. Vuelo de lujo. 12 horas que se pasan volando (chistaco) viendo pelis, comiendo, durmiendo…En fin se te pasan rápido.
Luego llegas a Bangkok y empieza la locura de 12 horas de escala. Nosotros optamos por salir del aeropuerto y movernos por la ciudad. Además, llegamos a las 6am de allí así que teníamos que aprovechar el día.
Dejamos las mochilas de mano en unas taquillas del aeropuerto, sacamos pasta y cogimos un tren que conecta con la estación de Phaya Thai Line. Una vez aquí cogimos un taxi para el Palacio Real. ¿Qué pasó? Que había una cola que si la hacíamos perdíamos toda la mañana y teníamos el tiempo contado. Nos fuimos al templo buddhista de Wat Pho, que está al lado y vale mucho la pena ver la escultura del Buddha reclinado. Sorprende bastante.
Obviamente no puedes venir a Bangkok y no comerte un Pad Thai, así que nos comimos uno justo al lado del templo y después nos pillamos un Tuk Tuk y nos fuimos a una de las calles más concurridas por turistas de Bangkok, la calle Khao San Road. Aquí nos dimos un buen paseo por esta calle y las que estaban a su alrededor. Nos comimos otro Pad Thai en sitio muy guapo. En general mucho ambiente por esta zona, pero eso, lleno de turistas. La autenticidad la dejamos para la próxima visita.
Desde esta calle nos costó la vida negociar con los taxistas el precio para la vuelta al aeropuerto hasta que al final, un buen hombre nos llevó de vuelta. La vuelta en el taxi fue durmiendo, hechos polvo. Pasamos el control y cogimos el vuelo destino Nueva Zelanda.
Las impresiones que me llevé de Bangkok no fueron las mejores. Y no porque la ciudad fuese caótica porque a mí me encanta. Me desencantó un poco el contraste de pobreza-turismo sumado a que hubo que negociar el precio de cada transporte privado que cogimos. De todas formas, tiene que tener su encanto y volveremos seguro (y más días) para comprobarlo.
Vaaaaamonoss que nos vaaamoss.
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